Las restricciones gubernamentales a la religión, definidas como "leyes, políticas y acciones de los funcionarios del Estado que limitan las creencias y prácticas religiosas", han aumentado desde que comenzó el seguimiento en 2007, alcanzando un máximo global en 2021. Esta y otras tendencias relacionadas forman parte del 14º análisis anual del Centro de Investigación Pew sobre restricciones gubernamentales a la religión, publicado en marzo de 2024. Estos resultados abarcan 198 países y territorios de todo el mundo, agrupados en cinco regiones: Oriente Medio-África del Norte, Europa, América, África subsahariana y la región Asia-Pacífico.

Dos medidas significativas, el "acoso a grupos religiosos" y la "injerencia en el culto", fueron generalizadas y se produjeron en cada una de las cinco regiones. El informe cita ejemplos concretos de acoso religioso, como la discriminación de religiones minoritarias y la imposición de políticas que dificultan las prácticas religiosas (como la vestimenta religiosa y/o los rituales de culto).

Acoso religioso

Un ejemplo atroz de acoso religioso se produjo en Europa, donde el líder del gobierno de los Países Bajos, Geert Wilders, utilizó una red social para pedir la "desislamización" del país. El Departamento de Estado de Estados Unidos registró su propuesta de medidas "que incluyen el cierre de todas las mezquitas y escuelas islámicas, la prohibición del Corán y la prohibición de todos los solicitantes de asilo e inmigrantes procedentes de países de mayoría musulmana".

En el continente americano, funcionarios del gobierno de Nicaragua se han burlado abiertamente del clero católico calificándolo de "terrorista" y "golpista" por su apoyo a la democracia.

Las políticas que imponen restricciones a la vestimenta religiosa, como el velo o el rostro cubierto, suelen afectar desproporcionadamente a las mujeres musulmanas, mientras que la supervisión gubernamental de la producción de carne puede interferir con las directrices dietéticas Halal y Kosher, afectando sobre todo a musulmanes y judíos.

Interferencia en el culto

La interferencia en el culto puede incluir la prohibición a las religiones minoritarias de construir lugares de culto o expresar públicamente su fe, como ocurre en las Maldivas, donde el Islam es la religión del Estado. Del mismo modo, en Egipto, sólo tres grupos religiosos reconocidos -el islam suní, el cristianismo y el judaísmo- gozan de estos privilegios.

Únicamente en 2021, varios grupos religiosos alegaron la interferencia del gobierno en el culto debido a las restricciones de la COVID-19, que según ellos se aplicaban "de forma desigual o injusta a sus actividades y lugares de culto."

Hostilidades sociales

Otra conclusión: las hostilidades sociales, definidas por separado como "violencia y acoso por parte de particulares, organizaciones o grupos", descendieron ligeramente, situándose entre los máximos y mínimos de los informes de años anteriores. Mientras que las restricciones gubernamentales han aumentado gradualmente, las hostilidades sociales han mostrado más fluctuaciones de un año a otro.

Compleja interacción entre ventajas y restricciones

El informe añade una capa más de complejidad al hecho de que muchos gobiernos imponen restricciones a la religión y conceden beneficios a grupos religiosos simultáneamente. Los gobiernos pueden proporcionar recursos para la educación religiosa o edificios, o beneficios al clero, por ejemplo, al tiempo que dictan sus enseñanzas y predicaciones. El incumplimiento puede acarrear multas o incluso penas de prisión. Los gobiernos también pueden conceder beneficios sólo a la religión mayoritaria y acosar a otros grupos religiosos.

En Arabia Saudí, país de mayoría suní donde el gobierno da apoyo financiero a los imanes y a la construcción de mezquitas, el Ministerio de Asuntos Islámicos también supervisa el contenido de sus sermones. Un clérigo suní que aparentemente violó los parámetros de contenido lleva en prisión desde 2017. La situación es similar en la vecina Jordania.

Conclusiones adicionales

Tras estas conclusiones iniciales, el informe profundiza, ofreciendo estadísticas y tablas sobre una amplia variedad de datos, desde las mayores restricciones gubernamentales y hostilidades sociales (según índices establecidos), hasta qué grupos religiosos sufren más acoso en todo el mundo.

Cristianos y musulmanes, los grupos religiosos más numerosos del mundo, sufren acoso en el mayor número de países. Sin embargo, estas cifras no reflejan la gravedad del acoso y no equivalen a que estas religiones sean las "más perseguidas". El tercer grupo religioso en esa estadística son los judíos, que representan sólo el 0,2% de la población mundial.

Se ofrecen desgloses más específicos por regiones, por los 25 países más populistas del mundo y por casos de acoso físico más grave, incluidos daños materiales, agresiones, detenciones, desplazamientos y asesinatos. En dos tercios de los países del estudio se registraron casos de acoso físico a grupos religiosos, siendo los daños materiales los más graves en los países europeos y las agresiones y detenciones las más graves en Oriente Medio y el Norte de África.

Los desplazamientos, impulsados tanto por los gobiernos como por grupos sociales e individuos, se produjeron en 38 países, es decir, 19% de los estudiados, sobre todo en Afganistán, donde los talibanes expulsaron y se apoderaron de las propiedades de miles de hazaras chiíes, así como en Indonesia y Myanmar.

Los homicidios por motivos religiosos, también impulsados por gobiernos, grupos sociales e individuos, se registraron en 45 países, es decir, en 23% de los estudiados. Entre ellos figuran los de Falun Gong en China, los hindúes en Bangladesh y los sacerdotes y fieles en Etiopía.

Consulte el informe completo aquí: Restricciones gubernamentales a la religión: Informe Pew Research.